Zapallo de la Foto:
(abajo)
Zapallo Hibrido Jamboree
Calabazín o Zapallito de la foto:
(arriba)
Zapallito Negro Chileno

Familia: Cucurbitáceas Nombre científico: Cucurbita pepo (calabaza común)Otras especies y variedades: Cucurbita melopepo (calabaza bonetera o pastelera); Cucurbita maxima (calabaza confitera, cidra o totanera, utilizada para fabricar el cabello de ángel); Lagenaria vulgaris (calabaza vinatera, de San Roque o de peregrino, que una vez seca sirve para contener líquidos); Cucurbita perennis (calabaza vivaz).Origen/distribución: La India

En Puerto Montt el zapallo se siembra el 29 de septiembre, para san Miguel.

La calabaza es una planta cuyos frutos y semillas tienen variados usos, desde el consumo humano, pasando por el forraje para los
animales domésticos, como medicinal (semillas con propiedades antiparasitarias), hasta su utilización como planta ornamental.


Son plantas muy sarmentosas y que precisan mucho terreno para su crecimiento normal, pues se desarrollan horizontalmente. Poseen hojas pubescentes y flores unisexuales. El fruto es una pepónide de cáscara dura, y color y forma variada según la especie de que se trate (alargada, esférica o cilíndrica); el color de la pulpa también varía.
Los frutos tiernos de la calabaza común son los llamados calabacines; de estos se distinguen las variedades que se siembran en mayo-junio de piel verde y blanca, y las que se siembran en marzo-abril, de piel parda.
Calabacín, o fruto muy tierno de la calabaza

Reproducción y cultivo
La calabazas se reproducen por semilla. En el caso de las calabazas comunes se siembran en el lugar definitivo después de que las heladas hayan pasado. Puede sembrarse en semillero protegido si se desea adelantar el cultivo, trasplantando después cuando las matitas tengan dos o tres hojas, o progresivamente hasta el comienzo del verano. En el caso de las calabazas de época fría se pueden sembrar directamente en tierra durante la primavera.
La plantación, sea por semilla o trasplantando las plantitas desde el semillero, se realiza enterrando dos o tres pepitas juntas en cada hueco, separados unos dos metros para prevenir el posterior desarrollo; si la variedad es para producir calabacín se siembra en bancales; algunas variedades de calabacín son trepadoras y requieren tutores. El suelo debe ser casi neutro (añadir cal si es ácido), fresco, profundo, estar muy bien estercolado, y poseer un buen drenaje. La exposición debe ser soleada y al resguardo del viento. Es importante realizar riegos y escardados frecuentes.
En aquellas plantas de calabaza de gran desarrollo sarmentoso, cuando deseemos obtener muchos frutos pequeños, en vez de unos pocos y muy grandes, se puede utilizar la técnica del pinzado. Consiste en dejar que la planta emita flores masculinas, pinzando todas las ramas que contengan flores femeninas dejando sólo dos hojas por encima. Si por el contrario se eliminan las flores masculinas y las ramas que las producen se obtienen frutos más grandes. Es fácil distinguir las flores masculinas de las femeninas; ésta últimas poseen una diminuta calabacita, que más tarde será el fruto en el centro.
Recolección
La recolección de las calabazas se realiza en otoño, dejando siempre un pedúnculo de unos pocos centímetros, sobre todo si se pretenden almacenar. En cuanto a los calabacines, se recolectan los frutos inmaduros cuando alcanzan un tamaño adecuado, evitando dejar que amarilleen (la piel debe ser tierna y fácilmente rayable con la uña); los frutos no deben contener semillas muy desarrolladas, sino incipientes. Todo ello salvo que se deseen recolectar para semilla del año siguiente, dejando entonces que alcancen toda su madurez.
Plagas y enfermedades
En el caso de los calabacines se debe prestar atención a determinadas enfermedades fúngicas que les afectan mucho, como el mildiu, oídio y antracnosis. Se previenen aplicando regularmente los productos típicos, como el caldo bordelés. Al mildiu le favorece la tierra reseca y cierta humedad ambiental, por ello es conveniente evitar que el suelo se quede seco entre riego y riego. Las enfermedades fúngicas en las calabazas comunes se pueden prevenir colocando bajo el fruto un soporte que impida su contacto con el suelo.